El agua de Chiñama dio de beber al pueblo.
El núcleo de Chiñama y Charco del Pino, como otros tantos pagos y pueblos de Canarias, se desarrolló en este lugar porque había agua disponible para el asentamiento de la población. Hay quien asegura que “Chiñama” es una palabra guanche que significa “fuente” o “montaña de agua”. Más tarde, el asentamiento adoptó otro nombre: “Charco del Pino”, que también apunta a la disponibilidad de agua.
No hay duda de que los guanches poblaron Chiñama, los hallazgos arqueológicos en el barranco y en los alrededores de la montaña así lo evidencian. Por aquí pasaban con el ganado a beber agua en los charcos del barranco. Luego los campesinos, los monjes o las vendedoras de pescado, también siguieron el Camino Real hasta aquí en busca de agua.
En el barranco de Chiñama hay un “ere” donde se obtenía agua en momentos de sequía. Se trata de un profundo hoyo o poceta en la roca basáltica y cubierto por la arena que arrastra el cauce. Allí se conserva una importante cantidad de agua de forma subterránea. En momentos de sequía, las gentes del lugar cavaban pequeños hoyos en la arena para que el agua ascendiera por capilaridad, consiguiendo beber ellos y sus animales.