Este mirador nos regala una panorámica de la historia de Abona
Este mirador ofrece una amplia panorámica de la comarca de Abona que nos permite entender cómo se desarrolló el poblamiento. Mientras el Camino Real recorría las medianías, otros caminos conectaban cada localidad con la costa y sus respectivos embarcaderos naturales.
A lo largo de estas vías se fueron extendiendo las haciendas agrícolas y las viviendas de los nuevos pobladores. El caserío se configuró en torno al núcleo original guanche de Chiñama. La denominación de Charco del Pino aparece ya desde el siglo XVI, como nombre del lugar, en alusión al charco o “ere” del barranco, situado a pocos metros de aquí en el fondo del cauce.
Con la llegada del agua del Canal del Sur las huertas de jable ganaron en productividad. Las papas, el tomate, el tabaco y, más tarde, los invernaderos y las flores, se sucedieron en este paisaje rural y generaron una importante riqueza. Hoy la principal actividad de la comarca es el turismo y los servicios asociados a esta importante industria. También se mantiene la actividad agrícola, con un destacado papel de la viticultura y una función esencial como mantenedora del paisaje.
Hasta bien entrado el siglo XX, la navegación de cabotaje mantuvo un destacado protagonismo en la actividad comercial del sur de Tenerife. Los productos de la comarca y los viajeros se embarcaban por vía marítima hacia la capital de la isla y a los destinos europeos, evitando el difícil recorrido por tierra.