Una forma de conservar alimentos en un territorio rico en frutales
La necesidad de conservar los alimentos todo el año hizo que en el sur se practicaran diferentes técnicas para el secado de la fruta. Los hornos eran esenciales para ello.
Las Vegas, al ser un asentamiento eminentemente agrícola, vivía de diversos cultivos, principalmente cereales, donde los árboles frutales también desempeñaron un papel fundamental en la alimentación de sus gentes.
Las zonas rurales se preparaban para la época más gélida del año, almacenando todo el alimento posible. En ese sentido, un problema que se trató de resolver fue la conservación de la fruta. Hornos como éste lograron resolverlo, ya que permitían secar los higos. En ocasiones excepcionales, como por ejemplo para bodas o bautizos, los hornos también se utilizaban para hacer dulces y pan.
En este caso, el abandono de estas prácticas se refleja en el estado de conservación de estas pequeñas infraestructuras, perdiéndose con ellas parte del patrimonio arquitectónico y cultural de las Islas.
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