Casa de Los Guimerá

La casa más antigua del pueblo fue construida en el siglo XVI y se usó como secadero de tabaco en los siglos XIX y XX

Tras la conquista, Las Vegas perteneció inicialmente al duque de Medina-Sidonia, pasó a manos del vasco Juan de Gordejuela y, posteriormente, a las monjas agustinas del convento de San Andrés y Santa Mónica que los Gordejuela habían fundado en Los Realejos. A partir del siglo XIX la familia con más influencia fueron los Guimerá, originarios de Tarragona y que se hicieron con importantes propiedades en la desamortización de bienes de la iglesia.

Cuentan que Agustín Guimerá i Ramón, capitán de barco y fundador de esta saga familiar, casi naufraga a su llegada a Tenerife en 1824, vendió su barco y se quedó en la isla. Según sus descendientes, fue él quien colgó la campana de aquel barco en el pino frente a la ermita, a modo de campanario, aunque la actual no es la original.

El edificio tuvo múltiples usos, entre ellos el de secadero. Las hojas de tabaco se colocaban en unos travesaños llamados mancuernas y se separaban en grupos de hojas para una mejor ventilación. Para un correcto secado era necesario que el edificio no fuese excesivamente húmedo y estuviera bien ventilado.